¿Te imaginas que formas una familia junto a la persona que más quieres y vivís juntos en casas separadas? En este post vamos a realizar un análisis emocional de la casa de Diego Ribera y Frida Kahlo, vamos a descubrir una casa muy singular.
No me digas que no has deseado en este confinamiento tener una casa aparte para tomarte tu tiempo. La casa que vamos a analizar es perfecta para un confinamiento como el que hemos sufrido, son dos casas en una. Esta es una de las peculiaridades del icónico hogar que diseñó el arquitecto Juan O’Gorman para Frida Kahlo y Diego Ribera.
Dos hogares conectados. Cada uno tiene su propia vivienda, pero ambas están conectadas por una pasarela, símbolo de la unión (débil o fuerte eso lo dejo a tu interpretación). Y además en ambos casos son viviendas y talleres de pintura.
El primer aspecto que quiero analizar es la iluminación natural. En otro post reflexioné sobre la influencia de la luz en las emociones, este factor es clave. En el diseño del hogar que nos ocupa el arquitecto tuvo muy en cuenta este aspecto. Como puedes observar en las imágenes los espacios de trabajo y zonas de vida diurna tiene grandes ventanales e incluso lucernarios. La cantidad de luz en estas estancias es enorme. Frente a esto, las habitaciones. En ellas las ventanas son más pequeñas, al ser estancias para el descanso y reposo, una menor cantidad de luz nos ayuda a entrar en ese estado de calma.
Otro factor determinante son los materiales. El modo de tratar los materiales y de dejar a la vista la estructura está muy influenciado por la corriente estilística de la época que predicaban la sinceridad de los materiales. Por eso puedes ver el frio y bruto hormigón en pilares y forjados. Pero dentro de este estilo, el suelo de madera y el material cerámico del forjado transmiten calidez y cercanía. En el exterior, el sencillo revoco y los grandes ventanales de vidrio expresan la singularidad de la vivienda.
Enlazando con los materiales está en color, fíjate en la variación cromática que utiliza el arquitecto. En México el uso de colores vivos y alegres está muy enraizado y está casa bebe de esta tradición. Observa el exterior, el color diferencia radicalmente ambas casas. La de Diego Ribera predominan colores cálidos y neutros como el rojo, blanco y gris mientras que en la casa de Frida Kahlo el frio azul contrasta con pequeños matices rojos en la barandilla y carpinterías. Sin embargo, en el interior en ambos casos predominan los tonos amarillos y dorados en el suelo, los tonos blancos en las paredes, el naranja junto con el gris en el techo y pequeños matices verdes en los muebles. Estos tonos desprenden calor, amabilidad y armonía. Si quieres conocer más de la psicología del color te recomiendo este libro “Psicología del Color”.
Después de realizar este rápido análisis emocional podemos decir que el edificio refleja el carácter emocional de unos artistas singulares, en el exterior. Sin olvidar la calidez del refugio que tiene que ser un hogar, en el interior. En definitiva, es un hogar que expresa el fuerte carácter de dos artistas extraordinarios y singulares. “Juntos, pero no revueltos”.
¿Te hubiera gustado pasar la cuarentena en esta casa?
