Es una obsesión, lo reconozco. Se trata del “Jardín de la Paz” de la UNESCO en París diseñado por Isamu Noguchi. Desde la primera visita este lugar me ha enganchado y aún no me ha soltado.
Si vas a visitar París necesitas conocer esta pequeña joya. Es cierto que no está dentro de los circuitos convencionales para conocer la ciudad, pero merece la pena. Además, podrás visitar el “Espacio de meditación” de Tadao Ando, del que ya hemos hablado. Dos por uno.
La primera vez que entré en el “Jardín de la Paz” fue en marzo de hace ocho años, iba con un grupo de compañeros. No es la mejor época para visitar jardines, pero allí estaba y fue… conmovedor.
Aparte del simbolismo que impregna su diseño, este jardín o más bien paisaje está lleno de pequeños matices y detalles. Es un lugar que embriaga los sentidos, pura sensualidad.
Y es que Noguichi trabaja el jardín como si fuera una escultura y esto se nota. Los diferentes materiales, la vegetación, el plano del suelo, las luces y las sombras todo se conjuga para crear una atmósfera singular y emocionante.
La teatralidad y sensualidad de su estructura transmite delicadeza y armonía. La interpretación que hace Noguchi del jardín japonés consigue trasmitir esa sensación de paz que da nombre al jardín.
Es uno de esos lugares que te hacen ver de otro modo. Mirar la vegetación, el agua, las rocas, las esculturas, en definitiva, todos y cada uno de los elementos que forman el pequeño universo del paisaje desde otro punto de vista. Construye una mirada más profunda y sensual.
¿Tienes algún jardín que te ha emocionado al entrar?
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