¡Eres un desarraigado! ¿Alguna vez en tu vida has oído esta frase? Y lo más seguro es que te lo haya dicho algún familiar, padre, madre o hermano, por el motivo que sea reprochándote que te has alejado de ellos de algún modo. Pero ¿qué tiene que ver esto con la arquitectura?
Pues mucho, incluso te diría que tiene que ver con lo que eres. Pero vamos por partes, desarraigado significa que has perdido el vínculo afectivo o cultural con tu país, familia, orígenes, etc. Literalmente desarraigo es la acción de arrancar raíces. De aquí que te pueda decir tiene que ver con lo que eres. Parte de lo que eres, te guste o no, está en tus raíces en donde has nacido y criado. Esto no lo puedes elegir es parte de tu situación vital.
Y es a partir de este concepto de “situación vital” como te vinculas con el lugar, con lo construido. Siempre estas en situación y aquí vamos a entender la situación de dos modos que están relacionados entre sí.
Por un lado, como lo entiende el filósofo Eduardo Nicol en su libro «Psicología de las situaciones vitales» y por otro como lo define otro filósofo José Ricardo Morales en «Arquitectónica«.
Nicol nos dice que la situación es la relación que tiene el sujeto con todo lo que le rodea (cosas, entorno físico, personas, acontecimientos) y consigo mismo (pensamientos, ideas, historias).
Y Morales nos enseña que el ser humano en sus orígenes e historia primero se orientó en la naturaleza gracias a los accidentes geográficos y cuerpos celestes para más tarde, y una vez que comenzó a construir su entorno, es decir, a edificar, es cuando se sitúa.
Te sitúas gracias a los lugares construidos a seres humanos antes que tú, la arquitectura te sitúa. Y no solo eso, sino que tu relación con ella, entre otros aspectos, te hace estar en una situación vital determinada y única.
En otro post hemos hablado sobre el vínculo emocional entre los lugares y tú. Y en este te apuntamos otro aspecto de la importancia que tiene en tu vida el entorno construido. Rara vez reparamos en ello porque nacemos en él, pero lo que eres, tu existencia está determinada por donde habitas.
Por este motivo el desarraigo es una falta de situación, una perdida de lo que eres.
Por último, me gustaría lanzarte una reflexión que tiene que ver con la vida actual, los avances tecnológicos y el desarraigo. Actualmente nos podemos cambiar de lugar a una velocidad asombrosa, incluso sin movernos de donde estamos con la realidad virtual, por ejemplo, nos podemos trasladar a cualquier lugar. Esto te está haciendo un desarraigado, no vives las experiencias del lugar en el que estas. O al estar en continuo movimiento no te sitúas en ninguna parte.
El ser humano contemporáneo cada vez está menos situado y más desarraigado, quizás esta sea una de sus principales características.
¿A ti que te parece?
¿Quieres un HOGAR que te llegue al ALMA?
Consigue el MANUAL con los «9 Factores que debes tener en cuenta para que tu hogar te llegue al ALMA»