¿Te ha pasado alguna vez? Entras en tu dormitorio y…. ¡Madre mía! Hace más calor que en las calderas del infierno. Y ahora descansa en una cama que se parece una parrilla.
Ya sea esta experiencia o la contraria de un frio extremo, en el cuarto de baño, por ejemplo, es muy desagradable y puede hacer que llegues a odiar tu hogar. Afortunadamente el ser humano y su infinita creatividad han puesto solución a estos problemas, ya sea con el aire acondicionado o una buena calefacción. Pero ¿Qué hay del consumo de energía?

Tanto para el medio ambiente como para tu bolsillo abusar de los modernos sistemas de climatización no es lo más aconsejable y responsable.
Puedes minimizar, incluso aprovechar, los efectos del clima que o bien calientan las estancias de un modo salvaje o las enfrían hasta convertirlas en neveras. Y el primer paso es la orientación.
Orientar bien un edificio es una de las decisiones más importantes que se han de tomar a nivel de proyecto. Aquí te voy a hablar de la orientación con relación a criterios de confort térmico. En otros artículos te contaré el modo de orientar tu hogar basándonos en criterios de contemplación de la belleza natural y de la iluminación. Porque la luz del sol es vital para tus emociones, descubrelo.










El confort térmico afecta directamente a tu bienestar y como consecuencia a tus emociones, existen numerosos estudios que lo demuestran. Por ejemplo, el calor extremo aumenta los niveles de estrés ya que el cuerpo lo percibe como una amenaza. Y con la llegada del invierno tendemos a desanimarnos. En definitiva, el clima afecta a tus emociones.
Una correcta orientación está íntimamente ligada con el sol. La clave está en las horas de sol que reciba el edificio, junto con la inclinación en verano e invierno.
- La orientación sur es la que recibe más horas de sol tanto en verano como en invierno. Esta es la mejor orientación ya que con sencillos sistemas de protección solar te podras proteger en verano de la radiación y aprovechar de su calor en invierno.
- La orientación este recibe el sol por las mañanas. Es cierto que en invierno tiene pocas horas de sol y como consecuencia no las podras aprovechar para calentar, los primeros rayos de sol la radiación es más débil. Pero esto te beneficia en verano.
- La orientación norte es la más fresca para verano, pero en invierno es, con diferencia, la más fría. Una fachada norte no recibe radiación solar directa así que no te puedes beneficiar del sol para caldear estancias.
- La orientación oeste es la peor, tanto para verano como para invierno. En verano recibe los últimos rayos de sol después de todo el día calentádose. Es muy difícil protegerse de estos rayos sin perder luz. Y en invierno casi no recibe radiación solar, apenas se puede considerar para templar una estancia.






En resumen, poniéndonos en el caso ideal que tengas que ubicar tu hogar en un terreno donde no haya obstáculos para la luz solar y que no importen las vistas, lo mejor es orientar la vivienda siguiendo el eje este – oeste para que las fachadas más largas sean la norte y la sur. Esta última puede ser una gran captadora de energía solar que caliente la vivienda y con algún sistema de protección solar evitar el soleamiento excesivo.
¿Y tu casa cómo está orientada?
¿Quieres un HOGAR que te llegue al ALMA?
Consigue el MANUAL con los «9 Factores que debes tener en cuenta para que tu hogar te llegue al ALMA»

